Cid confirma acuerdo con la fiscalía, pero intenta minimizar la conspiración golpista bajo Bolsonaro al destacar la "bravuconería" y la "charla de bar"

En testimonio este lunes (9) en el STF (Supremo Tribunal Federal), Mauro Cid , ex ayudante de campo de Jair Bolsonaro (PL), intentó minimizar la existencia de acciones de ruptura democrática en el gobierno anterior, pese a haber citado la participación del propio expresidente en la edición de un borrador de golpe a fines de 2022.
Por un lado, Cid reafirmó hechos relatados en su acuerdo de culpabilidad, algo fundamental, según los abogados, para garantizar los beneficios del convenio de colaboración firmado con la PGR .
Por otro lado, intentó minimizar la gravedad de los hechos mencionados al enfatizar acciones informales en lugar de las planificadas. Según expertos entrevistados por Folha , reiteró, siempre que le fue posible, su rol de "protector" del expresidente, expresión que utilizaba para describir su posición como edecán.
Cid habló de la bravuconería de los militares que discutían la posibilidad de una ruptura democrática a través de servicios de mensajería y comparó las reuniones con conversaciones de bar. El militar afirmó que, conociendo la personalidad de sus compañeros, sabía que simplemente se trataba de alguien que se quejaba por WhatsApp.

Para ilustrarlo, comparó la actuación de los militares con la de un delantero de fútbol que, al fallar un penal, dice "este tipo tiene que morir", insinuando que estaban hablando en contra de la democracia sin ninguna intención real de poner las medidas en práctica.
El interrogatorio tuvo lugar el primer día en que el Tribunal Supremo comenzó a escuchar a las ocho personas acusadas de formar parte del núcleo principal de la trama golpista. Además de Cid y Bolsonaro, los acusados en esta parte del proceso son Alexandre Ramagem , diputado federal y exjefe de la Abin ; Almir Garnier , excomandante de la Marina; Anderson Torres , exministro de Justicia; Augusto Heleno , exministro del GSI ; Paulo Sérgio Nogueira , exministro de Defensa; y Walter Braga Netto , exministro de la Casa Civil y de Defensa.
Los ocho están acusados de los delitos de golpe de Estado, intento de abolición del Estado democrático de derecho, asociación armada para delinquir, daños calificados a la propiedad pública y deterioro del patrimonio inmueble.
Durante el interrogatorio, Cid confirmó el carácter voluntario de su acuerdo de detención y, pese a implicar a Bolsonaro en el acta, buscó vincular más estrechamente a los bandos golpistas con los militares y el exministro Walter Braga Netto, quien se encuentra en prisión preventiva desde diciembre de 2024.
El militar recalcó repetidamente lo que llamó la informalidad de las reuniones entre militares que discutían la posibilidad de un golpe de Estado. El ministro Alexandre de Moraes incluso llamó la atención sobre el hecho, citando el término "charla recreativa sobre intervención militar", lo que indica el intento de Cid de minimizar los hechos.
Según Ricardo Yamin, doctor en Derecho por la PUC-SP, cuando habla de "bravuconería" Cid pretende reducir las reuniones militares donde se discute el golpe a rutinarias reuniones de "asado", comparación hecha por el denunciante.
"Nunca se puede considerar bravuconería, broma o chiste que altos mandos militares se sienten a hablar, tras unas elecciones fallidas y con la gente acampada frente a los cuarteles, sobre una intervención militar. Eso nunca será bravuconería", afirma Yamin.
Según el experto, el intento del teniente coronel de reducir la gravedad de la conversación entre militares no suele tener implicaciones jurídicas, ya que el STF analizará todo el contexto respecto a la gravedad de los hechos.
Danilo Pereira Lima, profesor de Derecho Constitucional y coordinador del curso de Derecho de Claretiano de Batatais, afirma que a la estrategia de Bolsonaro de distorsionar el uso constitucional de medidas como la activación del estado de defensa y de sitio se debe sumar la consideración de las reuniones golpistas como "bravuconadas".
“Después, Bolsonaro probablemente argumentará que todo lo que apareció y se discutió en la reunión, en el borrador, estaba basado en la Constitución”, afirma.
La abogada penalista Ana Carolina Barranquera, especialista en derecho y procedimiento penal, entiende que Cid intentó corroborar, con la tesis de la informalidad de las reuniones, la idea de que "el golpe nunca se concretó".
Con esta narrativa, no niega la participación de Bolsonaro en las conversaciones, pero plantea la tesis de que la ejecución no comenzó. De hecho, es una forma de intentar protegerse a sí mismo, proteger a Bolsonaro y garantizar la legalidad del acuerdo de culpabilidad, afirma.
En su testimonio, Cid confirmó a Moraes que todas sus declaraciones fueron voluntarias, hechas en presencia de abogados y sin presiones ilegales.
Sobre la veracidad de la acusación de la PGR, afirmó que presenció “gran parte de los hechos”, pero no participó en ellos.
Antes de ser interrogado, Cid saludó a los generales Augusto Heleno y Paulo Sérgio Nogueira, exministros del gobierno de Jair Bolsonaro que enfrentan acusaciones de crímenes contra la democracia, y saludó al expresidente, que participaba de la sesión en el STF.
El oficial militar declaró que Bolsonaro conocía un borrador del golpe, el cual suavizó para eximir a las autoridades de ser arrestadas, con la excepción de Moraes. También afirmó que Bolsonaro presionó al general Paulo Sérgio Nogueira, exministro de Defensa, para que presentara un informe que confirmara el fraude electoral, incluso sin pruebas.
uol